El arte: la disciplina olvidada en el desarrollo del Talento empresarial

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Ignacio Bonasa, presidente de Liderarte, analizó en este Aula Mater de Aula de Invitados el potencial del arte en el aprendizaje empresarial y cómo puede impulsar las habilidades de las personas que conforman las organizaciones.

Son múltiples las voces autorizadas que se han referido al arte a lo largo de la historia, así como a su capacidad transformadora en el ser humano. Definido como la representación de lo real o la plasmación de lo imaginado, el arte es una forma de expresión que saca a relucir el lado más creativo de las personas, creando un espacio de manifestación donde poner sobre el lienzo, el papel o la partitura aquello que llevamos dentro.

Más allá de su gran capacidad para provocar y conectar emociones, el arte se ha vinculado también a lo largo de la historia a las metodologías de aprendizaje. Respecto al método más tradicional, Bonasa señala la baja retención y la frecuente desconexión práctica de este tipo de formaciones, las cuales categoriza como rígidas y de corto impacto en el tiempo. Algo que, no obstante, contrasta de manera total con el aprendizaje por el arte, donde, según diferentes estudios, la retención alcanza cotas del 80% mediante un carácter activo y emocional, implicando de manera real a las personas en el proceso.

Aprender mediante el arte: una práctica que no entiende de brecha generacional

Pese a ser una vía que no se ha explorado en la empresa tradicional de manera frecuente, el aprendizaje por el arte tiene una gran capacidad para romper barreras a través de la conexión emocional que genera. De aplicación inmediata, facilitando su transferencia al contexto real mediante simulaciones creativas, el aprendizaje artístico tiene en sí un carácter experiencial que lo hace realmente valioso a la hora de obtener nuevos conocimientos y habilidades.

Más allá del plano individual, el arte en los procesos de aprendizaje impacta de manera positiva en términos grupales. Además de ser un gran reductor de situaciones de estrés, está demostrado que favorece la colaboración entre personas dentro de los equipos alrededor de un 60%, algo que, de manera colateral ve su reflejo también en cuestiones como la fidelización del talento dentro de las organizaciones, el clima laboral y, en última instancia, los resultados medibles de la propia empresa.

Catalizador del cambio y buen conector emocional, el arte es un gran activador de la experiencia multisensorial, mejorando la retención y comprensión de conceptos. Una mejoría que, observando la cantidad de cambios que se produce en la sociedad y la empresa actual, se posiciona como clave a la hora de enfrentarnos a procesos de adaptación a nuevos contextos.

Así, mediante cuestiones como la vista, el tacto, el oído o el movimiento, el aprendizaje multisensorial ha estado presente en nuestra realidad desde tiempos casi inmemoriales. Por ello, teatro, música o pintura son algunas de las expresiones más populares a lo largo de la historia.

Arte con resultados: Despertando el desarrollo de habilidades personales

El arte se ha demostrado como una herramienta muy útil a la hora de obtener conocimientos y competencias técnicas. No obstante, otra de los ámbitos de actuación donde más destaca es precisamente en el desarrollo de las habilidades personales de los sujetos. Y es que, entre otros beneficios, el arte desafía los límites del ser, fortaleciendo la seguridad en uno mismo e impactando en la autoconfianza y en la percepción que tenemos de nosotros mismos.

La adaptación antes mencionada también se ve reflejada en la capacidad de resiliencia, siendo más capaces para enfrentar nuevas situaciones y posibles cambios. Todo ello mediante un componente de creatividad e innovación que resultan cruciales no sólo en el panorama empresarial actual, sino en el desarrollo vital y personal de cada uno. Además, en un momento sociocultural donde la salud mental está en boga, el arte ha demostrado ser una herramienta que pone en valor la inteligencia emocional y el autoconocimiento, algo que no puede quedar ajeno en los entornos profesionales.

Transferido al ámbito corporativo, el aprendizaje por el arte resulta ser un elemento importante en el desarrollo de habilidades como el liderazgo y la motivación de equipos, la visión estratégica y la visualización de futuros escenarios, la toma de decisiones y la capacidad de análisis y la gestión del cambio y la capacidad de adaptabilidad.

Es por ello que estas y muchas otras cuestiones hacen del arte un elemento que puede jugar un papel crucial en el desarrollo de las personas en las organizaciones, teniendo un carácter transversal con un impacto tanto dentro como fuera de los
entornos profesionales.

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